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    Cerdo Ref. 35 propiedad de:

    Mar Toros S.L.



    Apariciones en los medios


    Tienda Iberian Pork Parade





    LA OBRA {Un cerdo ataviado con un capote de paseo}

    «El cerdo y el toro no podrían existir sin la dehesa; esto es un guiño hacia el mundo del toreo, que es un arte prodigioso».

    El ritual de las corridas de toros marca que los toreros se presenten ante el público y ante el presidente de la plaza haciendo el paseíllo. En este peculiar desfile, los diestros van enfundados en un capote de paseo. «Es diferente al capote de brega, más pequeño y suele tener imágenes que ellos diseñan. Es simbólico y no se utiliza en la lidia», explica Carmen Arrobas, que ha decidido vestir una de las esculturas de Luis Martínez Giraldo que componen la Iberian Pork Parade con un capote de paseo diseñado por ella. «He querido expresar la interconexión que hay entre el toro de lidia, la dehesa y el cerdo ibérico, que considero que son tres pilares que identifican a Extremadura. El cerdo y el toro no podrían existir sin la dehesa. Además, es un guiño al mundo del toreo, que es un arte prodigioso», explica Arrobas, que considera que este sistema de producción extensivo es muy especial y particular y uno de los sellos de la región.

    A la hora de enfrentarse a la escultura, Arrobas vivió momentos difíciles. «Yo no tengo ni idea de pintar, lo único que hago es mezclar colores. En la acuarela, cuando empiezo a poner las sombras me salta lo que quiero expresar. Sin embargo, aquí es todo lo contrario. Le puse una base y cuando comencé con las sombras me di cuanta de que todo era al revés y había que poner las luces, con lo que fue caótico», reconoce.

    Sobre la muestra itinerante que se plantea con los cerdos, la pintora expone que se sumó porque le pareció un proyecto «muy importante para Extremadura y para todos los sectores, pero sobre todo para el agroganadero, que creo que siempre está olvidado y es el que mayor riqueza tiene por pulir y por sacarle provecho. Es seña de identidad de nuestra tierra y una forma de hacernos hueco en el mundo con algo que solo tenemos nosotros. Deberíamos enseñar lo que hay desde dentro, analizarlo y promoverlo, que no se promueve lo que se debería», defiende Arrobas.


    PERFIL

    Veterinaria de formación y profesión, Carmen Arrobas no se siente cómoda enmarcada dentro del término artista. «No tengo ni las nociones básicas ni los conocimientos mínimos para serlo, aunque me gustaría tenerlos», dice, añadiendo que lo que hace con la pintura es transportar lo que siente en el campo al papel. «Siempre con acuarela y un papel, porque la única base que tengo es la que me aportó mi abuela, Rita Tristancho, que ella sí era artista del pincel y de la vida en general. Con 12 años me enseñó en qué consistía la acuarela», apunta.

    En su proceso creativo tiene una gran importancia el momento y las situaciones que vive. «La unión entre el campo y la pintura se produce en el momento en el que expreso algo que llevo dentro», expone.