LA OBRA {Spiderham, un cerdo superhéroe}

«Mi intención es que fuese algo muy visual, que llamase la atención y que invitase a hacerse fotos».

Un cerdo vestido de superhéroe. La idea es, cuanto menos, original. Sin embargo, si se conoce al autor de esta obra, todo tiene una explicación bastante más sencilla de lo que parece. Fermín Solís es historietista, presidente de la asociación ExTreBeo y «siempre he sido muy fan de Spiderman, desde que era pequeñito. Me ha acompañado durante toda mi vida y he leído casi todas sus sagas. A pesar de que los cómics que hago tienen un carácter muy intimista o cotidiano, sí que me gustan los cómics de superhéroes», explica el autor del Spiderham, como ha denominado a su cerdo.

El nombre y la idea también tienen un motivo y, aunque pueda resultar curioso, nada tiene que ver con Los Simpsons. «Hay un personaje secundario en algún número, cuando se hacían parodias de Spiderman, que era un cerdo vestido de Spiderman y se llamaba Spiderham. Hay gente que me ha dicho que en Los Simpsons salió un cerdo vestido de Spiderman, pero no lo he llegado a ver», apunta Solís, que reconoce que esta no fue su primera idea.

Al principio este dibujante tenía la intención de plasmar sobre el cerdo el cuento Los tres cerditos y, así, enfocarlo a lo que hace últimamente, que son libros para niños. «Empecé a trabajar con mi técnica de pincel y era imposible debido a la rugosidad. Mi intención es que fuese algo muy visual, que se reconozca desde lejos, que llamase la atención y que invitase a la gente a hacerse fotos con el cerdo. Creo que visualmente ha quedado impactante», apunta este historietista.

El trabajo sobre la escultura de Luis Martínez Giraldo comenzó por la parte azul del traje, para luego a delimitar las líneas del traje -«que me las sé de memoria», reconoce- con un rotulador. «Cuando vino a verlo mi hijo, se metió debajo del cerdo y vio la araña que tiene Sipderman en el pecho, en la barriga del cerdo. Entonces me dijo que sí, que lo había pintado entero», señala como anécdota Solís, al que la iniciativa de la Iberian Pork Parade le ha convencido. «Es muy buena y ha surgido con un animal muy representativo de nuestra comunidad. Me parece un muy buen escaparate», certifica.

PERFIL

Historietista e ilustrador, aunque en la actualidad está comenzando a escribir sus propios libros para niños. «Gracias a algún premio, como el del Salón del Cómic de Barcelona o el Premio Nacional del Cómic, asenté mucho mi carrera como dibujante de tebeos, pero siempre la alterné con la de ilustrador», reconoce Solís.

La afición por dibujar surge cuando era pequeño, ya que desde muy pronto tuvo acceso al mundo del tebeo gracias a la influencia paterna. «Mi padre siempre dibujó y tuve a mi alcance materiales para dibujar. En vez de hacerlo con los Carioca o los Alpino, como otros niños, yo lo hacía con plumilla y tinta china», dice este dibujante.

Según Solís, «la ilustración está de moda y el ilustrador está muy bien considerado. En España, el dibujante de cómic no acaba de despuntar y no tiene el reconocimiento a nivel económico». Sin embargo, en su opinión, el ilustrador está a otro nivel.

Cada uno de los profesionales utiliza una técnica diferente, «pero te tienes que adaptar siempre al trabajo que te piden y a quién va destinado. No es lo mismo una ilustración para prensa que para un libro para niños», explica este ilustrador, que asegura sentirse muy cómodo en el trabajo digital, «porque sobre todo aporta rapidez».